Depresión económica: definición, causas, efectos y duración
Depresión económica: descubre definición, causas, efectos y duración. Aprende cómo impacta empleo, bancos, comercio y qué medidas mitigan sus consecuencias.
Una depresión es un largo periodo de tiempo en el que la economía de un país no funciona bien. Suele estar marcada por un gran número de personas sin empleo. Una depresión es un tipo de recesión más grave. Una depresión puede durar varios años. Además de un elevado desempleo, las depresiones perjudican a los bancos, al comercio y a la industria. Los precios caen, el crédito es más difícil de conseguir y aumentan las quiebras. Una depresión en un país puede extenderse rápidamente a otros países.
Definición y características principales
No existe una definición técnica única y universal de depresión económica, pero suele entenderse como una caída profunda y prolongada de la actividad económica. Entre sus características más comunes están:
- Descenso sostenido del producto interno bruto (PIB) durante varios trimestres o años.
- Altos niveles de desempleo y subempleo.
- Contracción del crédito y dificultades en el sistema bancario.
- Caída de la inversión, el consumo y del comercio internacional.
- Frecuentemente, deflación o una fuerte caída de los precios.
Causas habituales
Las depresiones suelen ser el resultado de varios factores que se combinan. Entre las causas más frecuentes están:
- Colapso financiero: crisis bancaria, quiebras masivas de instituciones financieras y pérdida de confianza en el sistema bancario.
- Explosión de burbujas de activos: caídas fuertes en mercados de valores o inmobiliarios que generan pérdidas grandes para empresas y hogares.
- Restricción del crédito: cuando el crédito se seca, empresas y consumidores no pueden financiar inversión ni consumo.
- Políticas económicas inadecuadas: errores fiscales o monetarios (por ejemplo, austeridad demasiado fuerte o falta de respuesta monetaria) que agravan la caída.
- Choques externos: caídas en la demanda global, colapsos en precios de exportaciones, pandemias o conflictos que interrumpen la actividad.
- Efectos de contagio: una crisis en un país puede transmitirse rápidamente a otros a través del comercio y los mercados financieros.
Efectos económicos y sociales
Las consecuencias de una depresión van más allá de los números económicos y afectan la vida cotidiana de la población:
- Empleo y salarios: incrementa el desempleo y reduce los ingresos reales de los trabajadores.
- Empresas y quiebras: suben las quiebras empresariales y cierran fábricas y comercios, dañando la capacidad productiva.
- Sistema financiero: aumentan las pérdidas bancarias, puede haber restricciones en préstamos y retiros masivos (corralitos).
- Bienestar social: pobreza, inseguridad alimentaria, deterioro en salud y educación si no hay políticas de protección social.
- Impacto psicológico y político: el malestar económico puede provocar protestas, cambios de gobierno o políticas extremas.
- Daño estructural: pérdida de inversiones a largo plazo y efectos de “cicatriz” en la economía (hysteresis), donde la productividad y la participación laboral caen de forma persistente.
Duración
La duración de una depresión varía: puede durar desde varios años hasta una década o más en casos extremos. No hay una regla fija. Ejemplos históricos muestran diferencias:
- La Gran Depresión iniciada en 1929 duró la mayor parte de la década de 1930 y sus efectos sociales y políticos se prolongaron aún más.
- Otras recesiones profundas han sido más breves gracias a respuestas políticas más rápidas y coordinadas.
En general, cuanto más profunda es la contracción inicial y más lenta la respuesta de políticas, más prolongada puede ser la crisis.
Políticas para mitigar y salir de una depresión
Existen medidas que los gobiernos y bancos centrales pueden adoptar para reducir la duración y el daño de una depresión:
- Política fiscal expansiva: gasto público en obras, transferencias y apoyo a sectores afectados para sostener la demanda.
- Política monetaria acomodaticia: bajar tipos de interés y medidas no convencionales (compras de activos) para facilitar el crédito.
- Rescate y garantía bancaria: provisión de liquidez, reorganización de bancos y seguros de depósitos para restaurar la confianza.
- Protecciones sociales: prestaciones por desempleo, subsidios y programas de empleo para proteger a las personas más vulnerables.
- Cooperación internacional: coordinación entre países para evitar contagios y mantener el comercio y la financiación internacional.
Prevención y lecciones
Para reducir el riesgo de depresiones futuras conviene:
- Contar con sistemas financieros sólidos y regulados.
- Mantener reservas fiscales y mecanismos automáticos que actúen en las crisis.
- Promover mercados laborales flexibles y redes de protección social eficaces.
- Evitar políticas que empeoren la demanda en momentos de crisis y responder con rapidez ante choques financieros.
Resumen
Una depresión es una caída muy profunda y prolongada de la actividad económica, caracterizada por desempleo elevado, contracción del crédito, caídas de precios y quiebras. Sus causas suelen combinar problemas financieros, pérdidas de confianza y errores de política. La duración puede ser de años y los efectos sociales y económicos son graves, pero con respuestas coordinadas (fiscales, monetarias y de regulación) es posible mitigar el daño y acelerar la recuperación.


Un comedor social de 1931 en Montreal alimentando a hombres desempleados
La Gran Depresión
La Gran Depresión (1929-39) fue la depresión económica más duradera y profunda de la historia del mundo industrial moderno. Comenzó tras el desplome del mercado bursátil estadounidense en 1929. Los precios de la bolsa de Wall Street cayeron del 24 al 29 de octubre de 1929. Esto hizo que Wall Street entrara en pánico. Millones de inversores se arruinaron financieramente. En 1933 casi la mitad de los bancos de Estados Unidos habían quebrado y entre 13 y 15 millones de estadounidenses estaban desempleados. El inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa puso fin a la depresión. La Gran Depresión afectó a países de todo el mundo. A diferencia de las depresiones anteriores, en las que unos pocos países se vieron perjudicados, la Gran Depresión se dejó sentir en casi todos los países industrializados. África, Asia, Australia, Europa y América del Norte y del Sur sufrieron. Los países trataron de proteger sus propias economías aumentando los aranceles sobre los bienes que importaban a sus países. Esto hizo que el comercio mundial se redujera en un 30%. Se calcula que en 1932 había 30 millones de personas desempleadas en todo el mundo.
La Gran Depresión tuvo consecuencias políticas de gran alcance. Cuando las economías fracasaron, algunos buscaron a los dictadores militares para salvar a sus países. Por ejemplo, países como Argentina y varios de Centroamérica tuvieron dictadores. En Alemania, Italia y Japón se impuso el fascismo, que condujo directamente a la Segunda Guerra Mundial. En la Unión Soviética la depresión permitió que José Stalin llegara al poder. Exilió a millones de personas a campos de trabajo y comenzó un reino de terror llamado la Gran Purga. Sólo en la década de 1930 murieron 20 millones de soviéticos. En Occidente, una respuesta fue el capitalismo del bienestar. Se impuso en países como Canadá, Francia y Gran Bretaña.
Signos de una depresión
En 2013, algunos países de Europa sufrían más desempleo que durante la Gran Depresión de los años 30. El producto interior bruto se ha reducido más rápido de lo que algunas naciones europeas pueden recortar el gasto. La crisis financiera de Europa muestra todos los signos de empeorar, no de mejorar. Aunque algunos funcionarios gubernamentales la califican de recesión, los economistas ya la llaman depresión. Como los países europeos están atrapados en el euro, no pueden devaluar su propia moneda para ajustar sus economías. Esto significa que no pueden bajar el precio de sus exportaciones para hacerlas más atractivas y, por tanto, no pueden lograr una balanza comercial.
Preguntas y respuestas
P: ¿Qué es una depresión en economía?
R: Una depresión es una recesión económica prolongada caracterizada por altas tasas de desempleo y un descenso de la actividad económica.
P: ¿En qué se diferencia una depresión de una recesión?
R: Una depresión es una recesión más grave y duradera que una recesión. Suele implicar niveles de desempleo más elevados y una mayor perturbación de la economía.
P: ¿Cuáles son algunas de las consecuencias económicas de una depresión?
R: Las consecuencias económicas de una depresión pueden incluir la caída de los precios, un menor acceso al crédito, un aumento de las quiebras y daños a los bancos, el comercio y la industria.
P: ¿Cuánto puede durar una depresión?
R: Una depresión puede durar varios años, ya que representa una recesión económica prolongada y profunda.
P: ¿Cómo afecta una depresión al desempleo?
R: Una depresión suele caracterizarse por altos niveles de desempleo, ya que muchas personas no encuentran trabajo y las empresas pueden verse obligadas a despedir trabajadores para reducir costes.
P: ¿Puede una depresión extenderse a otros países?
R: Sí, una depresión en un país puede propagarse rápidamente a otros, sobre todo si están estrechamente interconectados a través del comercio o los mercados financieros.
P: ¿Cuál es el impacto de una depresión en el acceso al crédito?
R: Durante una depresión, el acceso al crédito se vuelve más difícil, ya que los bancos y las instituciones financieras están menos dispuestos a prestar dinero debido al mayor riesgo de impagos y quiebras.
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