Conflicto sexual en biología evolutiva: definición, causas y ejemplos

Conflicto sexual en biología evolutiva: descubre definición, causas, ejemplos y cómo la competencia entre machos y hembras impulsa adaptaciones y carreras armamentísticas.

Autor: Leandro Alegsa

El conflicto sexual es un término de la biología evolutiva. Se produce en una especie cuando lo que beneficia a las hembras es diferente de lo que beneficia a los machos.

La palabra "beneficio" significa aquí "lo que beneficia a la reproducción de los genes de la hembra (o del macho)". Se expresa como una diferencia en la aptitud biológica.

El conflicto puede llevar a una carrera armamentística evolutiva entre machos y hembras. Se ha estudiado principalmente en animales, aunque en principio puede aplicarse a cualquier organismo que se reproduzca sexualmente, como las plantas y los hongos.

¿Qué es y cómo se mide?

En términos prácticos, el conflicto sexual aparece cuando una misma interacción reproductiva tiene efectos opuestos sobre la aptitud (éxito reproductor) de machos y hembras. Se puede medir experimentalmente comparando la fecundidad, supervivencia o el éxito relativo de los genes bajo distintas condiciones de apareamiento, o identificando loci genéticos que aumentan la aptitud en un sexo pero la reducen en el otro (loci sexualmente antagónicos).

Causas y mecanismos

  • Anisogamia y estrategias reproductivas: la diferencia en tamaño y número de gametos (óvulos grandes y pocos vs. espermatozoides pequeños y muchos) genera distintas presiones selectivas sobre machos y hembras.
  • Selección sexual: competencia entre individuos del mismo sexo y elección de pareja por el otro sexo pueden favorecer rasgos que benefician a uno de los sexos pero perjudican al otro.
  • Frecuencia operativa de los sexos y sistemas de apareamiento: en poblaciones con muchos más individuos de un sexo disponibles para aparearse, las estrategias (por ejemplo, coerción o promiscuidad) pueden intensificar el conflicto.
  • Genética compartida: cuando los mismos genes afectan rasgos en ambos sexos (correlación genética intersexual), es difícil alcanzar simultáneamente las óptimas distintas para cada sexo, generando conflicto intralocus.

Tipos principales

  • Conflicto interlocus: ocurre cuando alelos en un locus de un sexo afectan la aptitud del otro sexo a través de interacciones entre individuos. Esto suele desencadenar coevolución entre rasgos masculinos y mecanismos femeninos de resistencia (o viceversa), pudiendo producir una carrera armamentística.
  • Conflicto intralocus: se da cuando el mismo locus tiene efectos antagonistas en machos y hembras —por ejemplo, un alelo que aumenta el éxito reproductivo masculino pero reduce el de las hembras portadoras— y la resolución pasa por modular la expresión génica según el sexo.

Ejemplos bien documentados

  • Gerridae (chinches de agua): los machos desarrollan apéndices para sujetar a las hembras y aumentar la frecuencia de cópula; las hembras, por su parte, han evolucionado comportamientos y morfologías para resistir o evitar acoplamientos excesivos.
  • Cimex lectularius (chinche de cama): la inseminación traumática masculina (inyección del esperma a través del cuerpo de la hembra) es un ejemplo extremo de conflicto interlocus; las hembras han evolucionado estructuras y respuestas fisiológicas que mitigan el daño.
  • Anas (patos): en algunas especies de patos se ha documentado coevolución entre la forma compleja del pene masculino y váginas con compartimentos y curvas en las hembras, interpretado como respuesta a intentos de coerción sexual.
  • Drosophila melanogaster: proteínas seminales masculinas aumentan la fecundidad a corto plazo del macho pero reducen la longevidad y la receptividad de la hembra; esto ha sido usado como modelo para estudiar los costes reproductivos y la coevolución molecular.

Consecuencias evolutivas y ecológicas

  • Genera evolución rápida de rasgos reproductivos y genes relacionados con la reproducción, dejando señales detectables en estudios comparativos y genómicos.
  • Puede promover la aparición de dimorfismo sexual (diferencias morfológicas, fisiológicas o comportamentales) y la especialización de funciones sexuales.
  • En algunos casos, el conflicto contribuye a la divergencia reproductiva y al aislamiento entre poblaciones, facilitando procesos de especiación.
  • Si los costes para un sexo (habitualmente las hembras) son muy altos, puede reducir la aptitud poblacional y afectar la dinámica demográfica.

Resolución o mitigación del conflicto

  • Expresión génica dependiente del sexo: limitar la expresión de alelos conflictivos solo al sexo que los beneficia.
  • Duplicación génica y subfuncionalización: copias génicas que evolucionan funciones separadas en cada sexo.
  • Comportamientos y cambios de estrategia: modificaciones en la conducta sexual (p. ej., monogamia o mayor selectividad) que reducen la intensidad del conflicto.
  • Resistencia y tolerancia: evolución de mecanismos en el sexo menos favorecido para reducir el daño o los costes impuestos por el otro sexo.

Cómo se estudia

Los investigadores utilizan enfoques variados: experimentos de manipulación de tasas de apareamiento, estudios de selección artificial, análisis de la expresión génica y de loci asociados a rasgos sexuales, comparaciones filogenéticas entre especies y observación directa del comportamiento. También se buscan firmas genómicas de selección sexual y antagonismo sexual.

Resumen

El conflicto sexual es un proceso central en la biología evolutiva que surge cuando las estrategias reproductivas óptimas difieren entre machos y hembras. Puede manifestarse como una coevolución rápida de rasgos reproductivos, con consecuencias en la morfología, el comportamiento, la genética y la dinámica poblacional. Aunque se ha estudiado sobre todo en animales, sus principios aplican a cualquier organismo con reproducción sexual, incluidas las plantas y los hongos.

La Drosophila melanogaster (mostrada en el apareamiento) es un importante organismo modelo en la investigación de los conflictos sexuales.Zoom
La Drosophila melanogaster (mostrada en el apareamiento) es un importante organismo modelo en la investigación de los conflictos sexuales.

Diferencia fundamental de interés

En la reproducción sexual existe, desde el punto de vista de la evolución, una diferencia de interés fundamental entre machos y hembras. Esta diferencia de interés se manifiesta de forma diferente en las distintas especies.

Hombres

Su interés es aparearse con un gran número de hembras completamente fieles, difundiendo así sus genes ampliamente en la población.

Mujeres

Su interés es aparearse con un gran número de machos aptos, produciendo así un gran número de crías aptas y variadas.

Ejemplos

  1. Un ejemplo bien documentado es el fluido seminal de la Drosophilamelanogaster, que aumenta la tasa de puesta de huevos de las hembras y reduce su deseo de volver a aparearse con otro macho (lo que sirve a los intereses del macho), pero también acorta la vida de la hembra, reduciendo así su aptitud. "
    Una hormona llamada 'péptido sexual'... hace que la hembra se desinterese por aparearse... también los machos tienen componentes en su esperma que matan el esperma viejo de los machos anteriores". 92
  2. El mismo conjunto de alelos en machos y hembras puede tener óptimos diferentes: se expresan de forma distinta en los sexos. Un ejemplo clásico es la pelvis humana, donde las hembras necesitan caderas más grandes para el parto. Un tamaño de cadera más estrecho es mejor para la locomoción.
    Los genes que afectan al tamaño de las caderas deben llegar a un compromiso que no está ni en el óptimo masculino ni en el femenino. En algunos casos, los loci implicados se expresan de forma diferente en machos y hembras. Las pruebas indican que el conflicto intraloco es importante en la evolución de muchos rasgos.
  3. El conflicto sexual puede dar lugar a una coevolución antagónica, en la que un sexo (normalmente el masculino) desarrolla un rasgo favorable que es contrarrestado por un rasgo del otro sexo. Por
    ejemplo, los gorgojos machos (Callosobruchus maculatus) tienen genitales espinosos. Esto les permite copular durante más tiempo sin desprenderse, y así transferir más esperma.
    Sin embargo, esto daña a la hembra y reduce su aptitud. Las hembras han desarrollado la contraadaptación de patear a los machos durante el apareamiento, lo que reduce el tiempo dedicado a la cópula.

Algunos consideran el conflicto sexual como un subconjunto de la selección sexual (que tradicionalmente se consideraba mutualista), mientras que otros sugieren que es un fenómeno evolutivo independiente.

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