Historia de los judíos en Europa: de Roma al Holocausto y la diáspora

Recorre la historia de los judíos en Europa: de Roma y los guetos medievales al Holocausto y la diáspora; persecución, resistencia y legado imprescindible.

Autor: Leandro Alegsa

Antigüedad y época romana

Los judíos han vivido en Europa durante milenios. Ya en la República y el Imperio romanos, había comunidades judías establecidas con distintos niveles de derechos y relaciones con las autoridades. Tras las guerras romano-judías de los siglos I y II —la destrucción del Templo en 70 d.C. y la revuelta de Bar Kojba en 132–135— comenzó una dispersión mayor desde la región de Palestina, lo que incrementó la presencia judía en Europa, así como en el norte de África y en Asia Menor. Muchas comunidades conservaron prácticas religiosas y redes comerciales transregionales que facilitaron la supervivencia cultural y económica.

Edad Media: convivencia, segregación y expulsiones

Durante la Edad Media, la expansión del cristianismo en Europa y el desarrollo de actitudes antijudías condicionaron fuertemente la vida judía. A los judíos a menudo se les impuso segregación social: se les prohibió integrarse completamente con la población cristiana, se les limitaron oficios y cargos públicos y en muchos casos se les confinó en barrios específicos —los llamados guetos—. En este contexto, la usura (prestar dinero con interés) fue un papel económico que muchas comunidades judías desempeñaron, permitido por la prohibición religiosa cristiana de ciertos tipos de crédito; esto les hizo indispensables en la economía pero también les convirtió en blanco de resentimiento y persecución.

En distintos momentos se produjeron expulsiones y violencia: linchamientos durante las Cruzadas, acusaciones de libelo de sangre, pogromos y expulsiones legales (por ejemplo en varios reinos de Europa occidental). A finales del siglo XIII y en el XIV se registraron expulsiones notables en Inglaterra y Francia; en 1492 la Reconquista en la península ibérica culminó con la expulsión de los judíos de España y, poco después, de Portugal, forzando conversiones o el exilio de numerosos sefardíes.

Europa central y oriental; Polonia y el mundo islámico

Convencido de protegerlos, el rey polaco promulgó el Estatuto de Kalisz (siglo XIII), que otorgó derechos legales y protección a las comunidades judías, ayudando a que Polonia y el este europeo se convirtieran en el principal refugio de los judíos asquenazíes. Esto favoreció la formación de comunidades judías florecientes en lo que hoy son Polonia, Lituania y Ucrania, aunque también las convirtió en blanco de resentimientos y, en periodos de crisis, de pogromos.

En la península ibérica bajo dominio musulmán —el periodo de Al Andalus— muchos judíos alcanzaron altos cargos culturales y científicos, aunque con limitaciones legales. Tras la reconquista cristiana, muchos sefardíes emigraron al Imperio Otomano, que en general permitió a judíos y cristianos mantener comunidades autónomas con sus propias leyes y tribunales mientras pagaran impuestos y aceptaran la autoridad otomana. Este refugio favoreció la prosperidad de tradiciones sefardíes en ciudades otomanas.

Renacimiento, Haskalá y emancipación

Con el Renacimiento y la Europa moderna temprana surgieron cambios sociales y económicos que afectaron a las comunidades judías. A finales del siglo XVIII y durante el XIX, la Revolución Francesa y las reformas napoleónicas introdujeron leyes de emancipación que promovían la igualdad legal de los ciudadanos y laicizaban el Estado: los judíos podían ser reconocidos como ciudadanos plenos y participar en la vida pública. Este proceso de integración, junto con el movimiento intelectual judío de la Haskalá (ilustración judía), una creciente secularización y la aparición de corrientes religiosas como el judaísmo reformista y, en Europa oriental, movimientos místicos como el jasidismo, transformaron las sociedades judías.

Aun así, en muchos países persistieron restricciones sociales y profesionales hasta los siglos XIX y XX. Al mismo tiempo, numerosos judíos alcanzaron visibilidad pública y contribuciones destacadas a la ciencia, la filosofía y la cultura —por ejemplo Karl Marx, Sigmund Freud y Albert Einstein—, algo que hubiera sido impensable en épocas anteriores.

Siglo XIX: nacionalismos, antisemitismo moderno y migraciones

El siglo XIX trajo la paradoja de la emancipación legal junto a un antisemitismo moderno y racial que prosperó en contextos de crisis económica y nacionalismos. El auge del antisemitismo en Europa oriental, marcado por violentos pogromos en el Imperio ruso, motivó grandes olas de emigración hacia Estados Unidos, América Latina (incluida Argentina,) y otras regiones. Al mismo tiempo surgió el sionismo político, que proponía la creación de un hogar nacional judío en Palestina como respuesta a la persecución y al deseo de autodeterminación.

Principios del siglo XX, entreguerras y el camino al Holocausto

Tras la Primera Guerra Mundial y el colapso de varios imperios, muchos judíos permanecieron en países que cambiaron de fronteras o de régimen. Polonia volvió a ser un Estado independiente y albergaba una de las mayores poblaciones judías de Europa (unos 3.000.000), y la Unión Soviética, que surgió en 1922, también concentraba millones de judíos. Simultáneamente, la emigración hacia Palestina aumentó, favorecida por declaraciones y decisiones internacionales —y dificultada por tensiones con la población árabe local y por restricciones británicas tras la ocupación otomana en 1917.

Con el ascenso de Adolf Hitler y el nazismo en Alemania se intensificó la persecución estatal: leyes raciales, boicots, exclusión social y una política sistemática de expulsión y emig ración forzada que desembocó en la Segunda Guerra Mundial. Cuando las tropas nazis y sus aliados ocuparon gran parte de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, se implementó la “solución final”: un plan de asesinato industrializado que incluyó deportaciones masivas a campos de exterminio y de trabajo, fusilamientos por escuadrones móviles y condiciones deliberadamente letales en guetos y campos. Este periodo se conoce como el Holocausto.

El Holocausto y sus consecuencias

El Holocausto causó la muerte de un número estimado de aproximadamente seis millones de judíos en Europa —la gran mayoría de la población judía europea—. Muchas comunidades fueron destruidas casi por completo; en Polonia, por ejemplo, de los aproximadamente 3.000.000 de judíos que vivían allí antes de la guerra, hoy quedan solo unos pocos miles. Hubo también episodios de rescate y solidaridad (como la evacuación de la mayoría de los judíos de Dinamarca) y actos heroicos de quienes arriesgaron sus vidas para salvar a personas perseguidas, reconocidos en ocasiones como "Justos entre las Naciones".

Tras la liberación de los campos en 1945 quedaron sobrevivientes en campamentos de displaced persons, muchos de los cuales emigraron a Estados Unidos, a Palestina (donde en 1948 se creó el Estado de Israel) y a otros países. El Holocausto transformó profundamente a la comunidad judía mundial y la demografía de Europa, que perdió la mayor parte de su población judía prebélica.

Posguerra, comunismo y diáspora contemporánea

Después de 1945, además del desplazamiento causado por la guerra, la instauración de regímenes comunistas en Europa del Este y en la Unión Soviética restringió la vida religiosa y cultural judía y, en muchos casos, generó nuevas oleadas de emigración a Occidente y a Israel durante décadas posteriores. A partir de la caída del muro de Berlín y el colapso de la URSS hubo migraciones importantes hacia Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

Hoy día existen comunidades judías significativas en países como Francia, el Reino Unido, Rusia y, sobre todo, en Estados Unidos, que acoge la mayor población judía fuera de Israel. En Europa las comunidades han ido recuperándose lentamente en diversidad y tamaño, aunque nunca han vuelto a las cifras anteriores a la guerra. La memoria del Holocausto, la promoción de la educación sobre el antisemitismo y las iniciativas para preservar sitios de memoria son elementos centrales de la vida pública contemporánea en muchos países europeos.

Legado cultural y contribuciones

Las comunidades judías han aportado de forma sostenida a la cultura, la ciencia, el comercio y las artes europeas: literatura, filosofía, música, medicina y ciencias sociales han sido enriquecidas por figuras y movimientos judíos a lo largo de los siglos. Al mismo tiempo, la historia judía en Europa es una historia de adaptación, resistencia y supervivencia frente a expulsiones, persecuciones y genocidio. Comprenderla requiere atender tanto a los períodos de convivencia y florecimiento como a los de violencia y expulsión.

Fuentes y memoria: Esta síntesis no agota la complejidad de la experiencia judía en Europa. Para profundizar conviene consultar estudios académicos especializados, testimonios de supervivientes, archivos nacionales y las organizaciones dedicadas a la preservación de la memoria y la investigación histórica.

Mapa que muestra los desplazamientos, a menudo forzados, de los judíos durante la Edad Media.Zoom
Mapa que muestra los desplazamientos, a menudo forzados, de los judíos durante la Edad Media.

Mapa con colores que muestra cómo las comunidades judías se vieron afectadas por la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. En total, cerca de 2/3 de los judíos fueron asesinados durante la guerra.Zoom
Mapa con colores que muestra cómo las comunidades judías se vieron afectadas por la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. En total, cerca de 2/3 de los judíos fueron asesinados durante la guerra.

Mapa que muestra el aumento o disminución de judíos entre 1945 y 2010. La mayoría de los países, después de la guerra, vieron la emigración judía, mientras que Francia, por ejemplo, vio un aumento de su población judía.Zoom
Mapa que muestra el aumento o disminución de judíos entre 1945 y 2010. La mayoría de los países, después de la guerra, vieron la emigración judía, mientras que Francia, por ejemplo, vio un aumento de su población judía.

Preguntas y respuestas

P: ¿Cuándo llegaron los judíos por primera vez a Europa?


R: Los judíos han vivido en Europa durante miles de años, desde la República Romana y el Imperio Romano.

P: ¿Qué acontecimiento provocó una gran afluencia de judíos a Europa?


R: Tras las guerras judeo-romanas de los siglos I y II y la destrucción del Templo, los judíos fueron expulsados de Palestina, lo que aumentó enormemente su número en Europa (y en el norte de África y Asia).

P: ¿Cómo afectó el antisemitismo cristiano a los judíos durante la Edad Media?


R: En la Edad Media, con la expansión del cristianismo y el antisemitismo cristiano, las condiciones eran generalmente malas para los judíos. Se les prohibía integrarse (mezclarse) con los cristianos, trabajar en la mayoría de los empleos y a menudo se les recluía en determinadas partes de las ciudades, llamadas guetos.

P: ¿Cómo protegió Polonia a su población judía?


R: El rey de Polonia declaró el Estatuto de Kalisz para protegerlos. Por ejemplo, los cristianos no podían testificar contra los judíos por haber cometido delitos que comúnmente habían dado lugar a acusaciones y castigos injustos.

P: ¿Cómo respondió Francia a su población judía tras la Revolución Francesa?


R: Tras la Revolución Francesa, Francia introdujo leyes laicas destinadas a abolir la religión en la esfera pública y a asimilar a los judíos tratándolos más abiertamente como ciudadanos y miembros de la sociedad que podían creer lo que quisieran en privado.


P: ¿Cuál era la política de Hitler hacia los judíos europeos antes de la Segunda Guerra Mundial?


R: Antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler apoyaba la emigración de la judería europea a otros países como Palestina o América, pero finalmente adoptó una política de asesinatos en masa conocida como El Holocausto en la que todos los judíos bajo control alemán serían enviados al este o trabajados hasta la muerte.

P:¿Cómo es la población judía actual en comparación con la de antes de la Segunda Guerra Mundial?



R:Hoy en día todavía quedan comunidades significativas comparables a las de antes de la II Guerra Mundial en Francia, Reino Unido , Rusia sin embargo muchos países perdieron la mayoría si no toda su población judía debido a la ocupación de la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial como Polonia donde hoy en día sólo quedan 3 000 de los 3 millones que había antes de la II Guerra Mundial .


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