Medicina interna: definición, diagnóstico y tratamiento en adultos
La medicina interna es la rama y la especialidad de la medicina que se ocupa del diagnóstico y el tratamiento no quirúrgico de las enfermedades de los adultos, especialmente de los órganos internos.
Los médicos de medicina interna, también llamados "internistas", deben haber incluido en su formación médica y de posgrado al menos tres años dedicados a aprender a prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades que afectan a los adultos.
Alcance de la medicina interna
La medicina interna abarca una amplia variedad de problemas de salud que afectan a pacientes adultos. Los internistas atienden tanto enfermedades agudas como crónicas, y trabajan en diferentes ámbitos: consulta externa, urgencias, plantas de hospitalización y unidades de cuidados complejos. Pueden ejercer como médicos de atención primaria o como especialistas que coordinan la atención médica del paciente cuando existen múltiples enfermedades simultáneas.
Enfermedades comunes que manejan los internistas
- Cardiovasculares: hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria.
- Respiratorias: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonías, asma en adultos.
- Metabólicas y endocrinas: diabetes mellitus, trastornos tiroideos, dislipidemias.
- Renales y electrolíticos: enfermedad renal crónica, alteraciones hidroelectrolíticas.
- Infecciosas: infecciones sistémicas, manejo de antibióticos y control de sepsis.
- Gastrointestinales y hepatobiliares: enfermedad hepática, gastritis, enfermedad inflamatoria intestinal (en colaboración con gastroenterología).
- Hematológicas y oncológicas: anemias, trastornos de la coagulación, seguimiento y apoyo en enfermedades oncológicas.
- Trastornos reumatológicos y autoinmunes: artritis, enfermedades sistémicas con compromiso múltiple.
Proceso diagnóstico
El diagnóstico en medicina interna se basa en una combinación de:
- Anamnesis detallada: historia clínica, síntomas, factores de riesgo y antecedentes personales y familiares.
- Exploración física completa: búsqueda de signos que orienten a la causa del problema.
- Pruebas complementarias: análisis de sangre (glucemia, hemograma, electrolitos, función renal y hepática, marcadores inflamatorios), orina, pruebas microbiológicas, pruebas funcionales y estudios de imagen (radiografía, ecografía, TAC, resonancia).
- Pruebas especiales: electrocardiograma y ecocardiograma en patología cardiaca, pruebas de función pulmonar en enfermedad respiratoria, endoscopias o biopsias cuando están indicadas en colaboración con otras especialidades.
- Razonamiento clínico: elaboración de un diagnóstico diferencial, uso de guías y criterios diagnósticos y reevaluación continua ante cambios clínicos.
Opciones de tratamiento
El tratamiento que ofrecen los internistas es mayoritariamente no quirúrgico y puede incluir:
- Terapia farmacológica: prescripción y ajuste de medicamentos según evidencias y guías clínicas.
- Intervenciones domiciliarias y educativas: recomendaciones sobre estilo de vida, dieta, ejercicio y autocontrol de enfermedades crónicas.
- Terapias de soporte: oxigenoterapia, diuréticos, manejo de dolor y cuidados paliativos cuando son necesarios.
- Procedimientos clínicos menores: manejo de líneas venosas, paracentesis, toracocentesis o curas complejas en el hospital (según entrenamiento y normas locales).
- Coordinación con otras especialidades: derivación a cirugía, cardiología, neumología, nefrología, endocrinología, reumatología, infectología, entre otras, cuando se requiere intervención especializada o procedimientos invasivos.
Prevención y manejo de enfermedades crónicas
Una parte esencial de la medicina interna es la prevención primaria y secundaria: detección precoz de factores de riesgo, vacunaciones, cribados y programas de seguimiento para controlar enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, insuficiencia cardiaca o enfermedad renal crónica. El internista planifica y ajusta tratamientos a largo plazo y busca reducir complicaciones y hospitalizaciones.
Formación y competencias
Además de los al menos tres años de residencia obligatoria para formarse como internista, estos profesionales desarrollan competencias en:
- Razonamiento clínico y toma de decisiones en pacientes con múltiples comorbilidades.
- Interpretación de pruebas complementarias y manejo de urgencias médicas.
- Comunicación con pacientes y familias para facilitar adherencia al tratamiento y toma de decisiones compartida.
- Trabajo en equipo multidisciplinario y gestión de la continuidad asistencial.
¿Cuándo consultar a un internista?
- Cuando un adulto presenta síntomas complejos o inespecíficos (fiebre prolongada, pérdida de peso, fatiga severa) sin un diagnóstico claro.
- Ante la necesidad de controlar múltiples enfermedades crónicas o polifarmacia.
- Si se requiere coordinación entre distintos especialistas.
- En condiciones agudas no quirúrgicas que requieren ingreso o manejo hospitalario.
Relación con otras especialidades
La medicina interna es una especialidad integradora. Los internistas actúan como gestores de la atención cuando el paciente tiene varias patologías o cuando la presentación clínica excede el ámbito de una sola especialidad. En hospitales, existen internistas que ejercen como hospitalists (médicos hospitalarios) y otros enfocados a consultas ambulatorias o subespecialidades médicas (cardiología, endocrinología, neumología, nefrología, reumatología, entre otras).
Conclusión
La medicina interna combina conocimientos amplios y profundos sobre el funcionamiento de los órganos y sistemas del adulto, con habilidades diagnósticas y terapéuticas para manejar enfermedades complejas, crónicas y agudas sin cirugía. El internista desempeña un papel central en la prevención, el diagnóstico diferencial y la coordinación de cuidados multidisciplinarios, siempre orientado al bienestar integral del paciente adulto.
Atención al paciente en su totalidad
Los internistas están capacitados para resolver problemas de diagnóstico desconcertantes y tratar enfermedades crónicas graves y situaciones en las que pueden aparecer varias enfermedades diferentes al mismo tiempo.
Subespecialidades de la medicina interna
Los internistas pueden optar por centrar su práctica en la medicina interna general, o pueden realizar una formación adicional para "subespecializarse" en una de las 13 áreas de la medicina interna, generalmente organizadas por sistemas de órganos. Los cardiólogos, por ejemplo, son médicos de medicina interna que se subespecializan en enfermedades del corazón. La formación que recibe un internista para subespecializarse en un área médica concreta es amplia y profunda. La formación en la subespecialidad (a menudo denominada "fellowship") suele requerir de uno a tres años adicionales a los tres años de residencia estándar en medicina interna. (Las residencias se hacen después de que el estudiante se haya graduado en la facultad de medicina).
En Estados Unidos, hay dos organizaciones responsables de la certificación de subespecialistas dentro del campo, la Junta Americana de Medicina Interna, y la Junta Osteopática Americana de Medicina Interna.
Las siguientes son las subespecialidades reconocidas por el American Board of Internal Medicine[1].
- Cardiología, que se ocupa de los trastornos del corazón y los vasos sanguíneos
- Endocrinología, que se ocupa de los trastornos del sistema endocrino y de sus secreciones específicas llamadas hormonas
- Gastroenterología, que se ocupa del campo de las enfermedades digestivas
- Hematología, que se ocupa de la sangre, los órganos hematopoyéticos y sus trastornos
- Enfermedad infecciosa, relacionada con la enfermedad causada por un agente biológico como un virus, una bacteria o un parásito
- La oncología médica, que se ocupa del estudio y el tratamiento del cáncer
- Nefrología, que trata del estudio de la función y las enfermedades del riñón
- Neumología, que se ocupa de las enfermedades de los pulmones y las vías respiratorias
- Reumatología, dedicada al diagnóstico médico y a la terapia de las enfermedades reumáticas.
El ABIM también reconoce cualificaciones adicionales en las siguientes áreas
- Medicina del adolescente
- Electrofisiología cardíaca clínica
- Medicina de cuidados críticos
- Medicina geriátrica
- Cardiología intervencionista
- Medicina del deporte
- Hepatología del trasplante
Los internistas también pueden especializarse en alergia e inmunología. La Junta Americana de Alergia, Asma e Inmunología es una junta conjunta entre la medicina interna y la pediatría.
El Colegio Americano de Internistas Osteopáticos reconoce las siguientes subespecialidades[2].
- Alergia/inmunología
- Cardiología
- Medicina de cuidados críticos
- Endocrinología
- Gastroenterología
- Medicina geriátrica
- Hematología/Oncología
- Enfermedades infecciosas
- Medicina nuclear
- Nefrología
- Pulmonología
- Reumatología
Preguntas y respuestas
P: ¿Qué es la medicina interna?
R: La medicina interna es una rama y especialidad de la medicina que se ocupa del diagnóstico y tratamiento no quirúrgico de las enfermedades de los adultos, especialmente las que afectan a los órganos internos.
P: ¿Quiénes son los médicos internistas?
R: Los médicos de medicina interna, también conocidos como "internistas", han completado sus estudios de medicina y una formación de posgrado que incluye al menos tres años dedicados a aprender a prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades que afectan a los adultos.
P: ¿Qué diagnostican y tratan los internistas?
R: Los internistas diagnostican y tratan enfermedades que afectan a los órganos internos de los adultos. Esto incluye afecciones como la diabetes, las cardiopatías, las enfermedades respiratorias y los trastornos gastrointestinales, entre otras.
P: ¿En qué se centra la medicina interna?
R: La medicina interna se centra en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades que afectan a los adultos, con especial énfasis en los órganos internos.
P: ¿Cuál es la diferencia entre la medicina interna y otras especialidades?
R: La medicina interna es una especialidad que se centra en los pacientes adultos y sus sistemas de órganos internos. En cambio, otras especialidades pueden centrarse en sistemas orgánicos específicos, como la cardiología o la gastroenterología, o en poblaciones concretas, como la pediatría o la geriatría.
P: ¿Cuánto tiempo se tarda en ser internista?
R: Para ser internista hay que cursar la carrera de medicina y una formación de posgrado que incluya al menos tres años dedicados a la medicina interna. Esto suele llevar un total de siete a ocho años.
P: ¿Qué cualificaciones se requieren para ser internista?
R: Para ser internista hay que obtener el título de médico, aprobar un examen para obtener la licencia y completar un programa de residencia en medicina interna. También se requiere la certificación de una junta de medicina interna.