Carcinógenos: definición, tipos, ejemplos y prevención del cáncer
Descubre qué son los carcinógenos, tipos, ejemplos y cómo prevenir el cáncer: guía clara sobre causas, riesgos y medidas prácticas para proteger tu salud.
Los carcinógenos son sustancias que causan cáncer. A veces, las radiaciones o los radionúclidos también se consideran carcinógenos. Un ejemplo común de carcinógeno es el humo del tabaco. Los carcinógenos proceden de sustancias tanto naturales como artificiales.
¿Qué se entiende por carcinógeno?
Un carcinógeno es cualquier agente —químico, físico o biológico— que, por su naturaleza o por la forma en que se usa o se expone la población, puede aumentar la probabilidad de que las células de un organismo desarrollen cáncer. No todos los agentes carcinógenos producen cáncer en todas las personas; el riesgo depende de la dosis, la duración de la exposición, la vulnerabilidad individual y otros factores ambientales o genéticos.
Tipos y ejemplos comunes
- Carcinógenos químicos: compuestos como el amianto (asbestos), el benceno, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (presentes en humo de combustión) y ciertas nitrosaminas. También entran aquí algunos medicamentos o contaminantes industriales.
- Carcinógenos físicos: radiaciones ionizantes (rayos X, radiación gamma, radionúclidos) y radiación ultravioleta (UV) del sol o de camas solares.
- Carcinógenos biológicos: agentes infecciosos que aumentan el riesgo de cáncer, como ciertos virus (por ejemplo, el virus del papiloma humano, HPV), bacterias (Helicobacter pylori) o parásitos.
- Carcinógenos ambientales y de estilo de vida: el humo del tabaco (incluye humo de segunda mano), la contaminación del aire, y algunas exposiciones laborales.
Cómo actúan (mecanismos básicos)
Los carcinógenos pueden actuar de distintas maneras:
- Inducen mutaciones: dañan el ADN directamente, provocando cambios que alteran genes críticos para el control del crecimiento celular.
- Promueven la proliferación: algunos agentes no causan mutaciones directas pero facilitan el crecimiento y la supervivencia de células dañadas.
- Provocan inflamación crónica: la inflamación sostenida puede generar un entorno propicio para la aparición de mutaciones y el desarrollo tumoral.
Clasificación según el riesgo
Organizaciones como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifican los agentes según la evidencia disponible:
- Grupo 1: carcinógeno para humanos (evidencia suficiente).
- Grupo 2A: probablemente carcinógeno para humanos (evidencia limitada en humanos, suficiente en animales).
- Grupo 2B: posiblemente carcinógeno para humanos.
- Grupo 3: no clasificable en cuanto a su carcinogenicidad para humanos.
- Grupo 4: probablemente no carcinógeno para humanos (raro).
Vías de exposición y factores que aumentan el riesgo
- Inhalación: humo del tabaco, polvo con fibras de amianto, vapores químicos.
- Ingestión: alimentos o agua contaminados (por ejemplo, aflatoxinas en alimentos mal almacenados).
- Contacto dérmico: ciertos solventes o sustancias industriales que penetran la piel.
- Transmisión biológica: infecciones virales crónicas como el HPV o la hepatitis B y C.
- La edad, predisposición genética, nutrición y exposiciones previas pueden modificar el riesgo individual.
Prevención y reducción del riesgo
Muchas medidas permiten reducir la exposición a carcinógenos y, con ello, la probabilidad de desarrollar cáncer:
- Evitar el tabaco: dejar de fumar y evitar el humo de segunda mano es la medida preventiva más efectiva frente a varios tipos de cáncer.
- Protección solar: usar protección solar, ropa adecuada y evitar camas de bronceado para reducir el riesgo por radiación UV.
- Vacunación: vacunas contra agentes infecciosos vinculados al cáncer, como la vacuna contra el HPV y la hepatitis B.
- Medidas laborales: controles de ingeniería, ventilación, protección personal (EPP) y cumplimiento de normas para minimizar exposiciones en el trabajo.
- Control ambiental y alimentario: reducir la contaminación del aire, asegurar almacenamiento adecuado de alimentos para evitar micotoxinas y controlar contaminantes en agua y suelo.
- Políticas públicas: regulaciones sobre emisiones, prohibición o restricción de sustancias peligrosas, y programas de salud pública para detección temprana.
Detección temprana y seguimiento
La prevención también incluye programas de detección precoz (cribado) para ciertos cánceres, como el cáncer de cuello uterino (citología o prueba de HPV), cáncer de mama (mamografía) y cáncer colorrectal (pruebas fecales y colonoscopia). La detección precoz mejora las tasas de curación.
Qué hacer ante una posible exposición
- Informar a los servicios de salud y, si la exposición es laboral, al servicio de prevención de riesgos laborales.
- Seguir las indicaciones médicas: controles, pruebas o tratamientos según corresponda.
- Reducir o eliminar la fuente de exposición cuando sea posible.
Conclusión
Los carcinógenos abarcan una amplia gama de agentes y comportamientos. Conocerlos, reducir la exposición y participar en programas de prevención y detección temprana son pasos clave para disminuir la carga del cáncer en la población. Si tienes dudas sobre una exposición concreta, consulta a un profesional de salud o a los servicios de prevención laboral.
El amianto es cancerígeno. El techo de esta casa es de amianto.

Benceno congelado. El benceno es un carcinógeno

El Aspergillus flavus, un tipo de moho, produce aflatoxina B1, que es un carcinógeno.
Carcinógenos en la radiación
Varias sustancias radiactivas se consideran cancerígenas. Los carcinógenos que contienen son causados por la radiación que liberan, como los rayos gamma o las partículas alfa.
La CERCLA dice que todos los radionucleidos son cancerígenos. El grado de carcinogenicidad de una radiación depende del tipo de radiación, del tipo de exposición a la misma y de su penetración. Por ejemplo, la radiación alfa tiene una baja penetración y no es un peligro fuera del cuerpo. La radiación alfa es cancerígena cuando se respira o se ingiere.
El torotrast, utilizado anteriormente en los rayos X, es un carcinógeno humano. Marie Curie, una de las pioneras de la radiactividad, murió de un cáncer causado por la radiación a la que se expuso durante sus experimentos.
No todos los tipos de radiación electromagnética son cancerígenos. Las ondas de radio, la radiación de microondas, la radiación infrarroja y la luz visible son ejemplos de ello. Las radiaciones de mayor energía, incluida la radiación ultravioleta, suelen ser cancerígenas, si una persona se expone a ellas durante un tiempo suficiente.
Carcinógenos en los alimentos
Investigaciones recientes han demostrado que cuando los alimentos se cocinan a altas temperaturas, se pueden formar carcinógenos en cantidades muy pequeñas. Precocinar las carnes en un horno microondas durante 2-3 minutos antes de asarlas acorta el tiempo en la sartén caliente. Esto podría ayudar a impedir que se produzcan los carcinógenos. Ciertos tipos de alimentos, como las patatas fritas y las papas fritas, pueden tener niveles más altos de carcinógenos que otros. Los residuos carbonizados de las carnes asadas también son cancerígenos.
Esto no significa que comer alimentos cocinados sea peligroso. El tracto gastrointestinal se desprende continuamente de su capa exterior para protegerse de los carcinomas. Por ello, tiene muchas posibilidades de desprenderse de enzimas malas que podrían causar cáncer.
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