Agricultura en terrazas (bancales): definición, historia y funcionamiento


La agricultura en terrazas es un método de cultivo que consiste en transformar pendientes en una serie de "escalones" o bancales para aprovechar mejor el terreno y el agua. Estas terrazas se han desarrollado en distintas partes del mundo y en diferentes épocas; un ejemplo emblemático son las terrazas de arroz de las Cordilleras filipinas (colinas y montañas), que son Patrimonio de la Humanidad. En algunas zonas sus orígenes se remontan hasta hace dos mil años o más.

Historia y difusión

La agricultura en terrazas se ha diseñado de forma independiente en múltiples culturas debido a la necesidad común de cultivar en terrenos inclinados. Además de Filipinas, se encuentran terrazas antiguas y aún en uso en los Andes sudamericanos, en China (por ejemplo Longji), en Vietnam, en el sudeste asiático y en zonas montañosas de Europa y África. La idea también fue desarrollada de forma independiente por el pueblo inca, que construyó sistemas de terrazas y acueductos tan eficientes que muchos siguen utilizándose hoy en día.

Cómo funcionan y se construyen

Este método utiliza bancales o "escalones" que se construyen en la ladera de una montaña o colina. Cada nivel se prepara para recibir un cultivo distinto o rotaciones de cultivo para mantener la fertilidad. La estructura básica puede consistir en muros de contención de piedra o tierra compactada que sostienen la plataforma horizontal donde se planta.

Cuando llueve, en lugar de que el agua arrastre todos los nutrientes del suelo pendiente abajo, estos se redistribuyen y en gran parte se quedan retenidos en el mismo o en los niveles inferiores. Además, los escalones evitan una avalancha de agua que se llevaría las plantas y destruiría los cultivos de la ladera. El diseño de las terrazas permite además incorporar acueductos y canales de riego que llevan agua controlada a cada nivel, especialmente en cultivos de arroz donde se inundan los bancales.

Tipos de terrazas

  • Terrazas de bancada (bench terraces): plataformas horizontales sostenidas por muros, típicas en Andes y en muchas zonas mediterráneas.
  • Terrazas en contorno: siguen las curvas de nivel para reducir la escorrentía y la erosión.
  • Terrazas con revestimiento de piedra: muros de piedra que mejoran la durabilidad y permiten cultivarse en pendientes fuertes.
  • Arrozales en terrazas: diseñados para retener agua en cada nivel y cultivar arroces inundados, como en Filipinas, China o Vietnam.

Beneficios

  • Reduce la erosión del suelo al frenar la velocidad del agua y retener sedimentos.
  • Mejora la retención de agua y la eficiencia del riego, útil en zonas de lluvia estacional.
  • Permite cultivar en terrenos inclinados que serían improductivos de otro modo.
  • Genera microclimas variados en cada nivel, lo que facilita la diversificación de cultivos y rotaciones agrícolas.
  • Contribuye a la conservación del paisaje y, en muchos casos, al patrimonio cultural y turístico.

Limitaciones y retos

La construcción y el mantenimiento de terrazas es laboriosa y, en ocasiones, costosa. Requiere conocimientos técnicos para evitar fallos estructurales y para gestionar adecuadamente el agua. Con el tiempo, los muros pueden sufrir deslizamientos o colmatación por sedimentos; además, en algunas regiones la migración rural y la falta de mano de obra han provocado el abandono y degradación de terrazas tradicionales.

Mantenimiento y prácticas recomendadas

  • Reparar y apuntalar muros de contención cuando aparecen grietas.
  • Eliminar sedimentos acumulados en los niveles superiores y reponer suelo fértil cuando sea necesario.
  • Instalar o mantener sistemas de drenaje y canales para controlar el agua y evitar saturación que provoque deslizamientos.
  • Fomentar rotaciones y asociaciones de cultivos para mantener la fertilidad y reducir plagas.
  • Combinar prácticas tradicionales con técnicas modernas (por ejemplo, barreras vivas con plantas perennes) para aumentar la estabilidad y biodiversidad.

Impacto ambiental y adaptabilidad climática

Las terrazas son una estrategia de adaptación al clima y a la escasez de agua en muchas regiones. Mejoran la infiltración y almacenan humedad útil para los cultivos, lo que les confiere resiliencia frente a sequías intermitentes. Al mismo tiempo favorecen la biodiversidad agroecológica cuando se utilizan bordes con vegetación y prácticas de manejo sostenible.

Ejemplos destacados

  • Las terrazas de arroz en las Cordilleras filipinas (Patrimonio de la Humanidad), reconocidas por su antigüedad, belleza y gestión hidráulica comunitaria.
  • Las terrazas andinas construidas por los inca y otras culturas precolombinas, que permitieron la agricultura en zonas de gran altitud.
  • Las terrazas de Longji en China y las de Mu Cang Chai en Vietnam, famosas por sus paisajes escalonados y sistemas de riego tradicionales.

Conclusión

La agricultura en terrazas (bancales) es una técnica ancestral con fuertes ventajas ambientales y agrícolas: conserva suelos, gestiona el agua y permite la producción en pendientes. Aunque exige inversión y trabajo continuo, su integración con prácticas sostenibles y tecnologías apropiadas mantiene su vigencia como solución para la seguridad alimentaria y la conservación del paisaje en regiones montañosas.


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