Mons Meg: cañón medieval de 1449 en el Castillo de Edimburgo
Mons Meg es una bomba medieval fabricada en 1449. Actualmente se encuentra en el Castillo de Edimburgo, Escocia. A diferencia de los proyectiles modernos, que son explosivos, estos cañones antiguos disparaban bolas sólidas. El Mons Meg disparaba bolas de hierro.
Parece ser, por los relatos de Felipe el Bueno, duque de Borgoña, que fue fabricado por encargo suyo hacia 1449 y enviado como regalo ocho años después al rey Jacobo II de Escocia, con otros pertrechos de artillería. Mons Meg pesa 15.366 libras (6.970 kg), tiene 15 pies (4,6 m) de longitud y un calibre de 20 pulgadas (510 mm). El coste final del cañón fue de 1.536 libras. 2s.
Construcción y características
Mons Meg es un ejemplo típico de las grandes bombardeas de finales de la Edad Media. Su tubo está construido mediante la unión de barras de hierro forjado y reforzado con aros metálicos —la técnica habitual antes de la fabricación de piezas fundidas—, lo que le da un aspecto segmentado. Su enorme calibre permitía lanzar bolas sólidas de hierro de gran tamaño destinadas a destruir murallas y fortificaciones, no proyectiles explosivos.
- Peso: 15.366 libras (6.970 kg).
- Longitud: 15 pies (4,6 m).
- Calibre: 20 pulgadas (510 mm).
- Material: hierro forjado unido y reforzado con aros.
- Uso principal: asedios y demostraciones de poder.
Historia y uso
Este tipo de piezas eran armas de asedio: lentas de cargar, pesadas y difíciles de mover, pero capaces de causar daños considerables en murallas y edificios. Mons Meg fue tanto un arma práctica en campañas como un símbolo del poder del monarca que la poseía. Tras su llegada a Escocia en la década de 1450 se la empleó en varias operaciones militares y ceremonias reales.
A finales del siglo XVII la pieza sufrió daños durante una demostración o saludo de artillería y quedó inutilizada para el servicio. A partir de entonces fue preservada como trofeo histórico y exhibida en distintos puntos hasta consolidarse como pieza emblemática del Castillo de Edimburgo.
Conservación y valor patrimonial
Mons Meg es hoy una pieza de alto valor histórico y técnico: ilustra la evolución de la artillería, las técnicas metalúrgicas medievales y la importancia de las armas de asedio en la política militar de la época. A lo largo de los siglos ha recibido trabajos de conservación para estabilizar la estructura y permitir su exhibición pública segura.
El cañón atrae a visitantes interesados en la historia militar y medieval; su presencia en el Castillo de Edimburgo lo ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles del museo al aire libre que conforma la fortaleza. Aunque ya no es funcional, Mons Meg sigue enseñando cómo concebían la guerra y la ingeniería en el siglo XV.
Consejos para visitantes
Quienes visiten el Castillo de Edimburgo podrán ver Mons Meg en las áreas de exposición del recinto; la pieza suele ubicarse en un lugar accesible a los visitantes y forma parte de las explicaciones sobre la artillería antigua. Para información actualizada sobre horarios y accesos conviene consultar la página oficial del castillo antes de planificar la visita.


Vista lateral


Anillo de hierro que estalló y puso el cañón fuera de uso
Historia
Fabricación
La bombarda estaba hecha de largas barras de hierro, unidas por anillos y fundidas en una sola masa. La construyó el artillero del duque y se probó en Mons (Valonia) en junio de 1449. El Duque no la recibió hasta 1453. El duque decidió ayudar a los escoceses contra los ingleses y lo envió a Jaime II. Jaime importó mucha artillería de la Europa continental durante su reinado. La utilizó contra sus enemigos en Escocia, como el conde de Douglas. Jaime murió a consecuencia de la explosión de un cañón utilizado en el asedio del castillo de Roxburgh en 1460.
Otra historia sugiere que Mons Meg se fabricó para ayudar a Jaime II en el asedio de 1452 al castillo de Threave, en Kirkcudbright, cuando el clan MacLellan lo utilizó para asaltar el castillo. Esta versión tiene poco apoyo.
En acción
El cañón de 20 pulgadas (510 mm) aceptaba balas que pesaban unas 400 libras (180 kg). Sólo podía dispararse entre 8 y 10 veces al día debido al tremendo calor generado por la enorme carga de pólvora. En los primeros años, el cañón, al igual que los demás cañones reales, estaba pintado con plomo rojo para evitar que se oxidara. Esto costaba 30 chelines en junio de 1539.
A partir de la década de 1540, el Meg fue retirado del servicio activo y sólo se disparó en ocasiones ceremoniales desde el Castillo de Edimburgo, desde donde se podía encontrar el disparo hasta dos millas de distancia. Cuando se disparó Mons, el 3 de julio de 1558, se pagó a unos obreros para que encontraran y recuperaran el disparo desde Wardie Mure, cerca del río Forth. La salva marcó el matrimonio de María, Reina de Escocia, con el Delfín francés.
El cañón se disparó en 1680 para celebrar la llegada de Jacobo, duque de Albany y York, más tarde rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia. El cañón estalló. Un cañonero inglés había cargado la carga y muchos escoceses creyeron que el estallido había sido hecho a propósito, ya que los ingleses no tenían un cañón tan grande como éste. El incidente también fue visto como un mal presagio para el futuro rey.
El cañón fue abandonado frente a la Puerta de Foog en el Castillo de Edimburgo. Después fue llevado, junto con otros artefactos en desuso, a la Torre deLondres en 1754, pero fue devuelto al castillo en 1829, tras una campaña del escritor Sir Walter Scott. Se restauró y ahora se encuentra en el exterior de la capilla de Santa Margarita.