Hepatitis B: definición, síntomas, causas, prevención y tratamiento
La hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por un virus (virus de la hepatitis B, VHB). El VHB no se transmite por la comida, el agua ni el contacto casual (abrazos, apretones de manos). Se transmite por la sangre y otros fluidos corporales de una persona infectada. Un bebé puede contagiarse de su madre durante el parto. También puede propagarse por contacto sexual, reutilización de agujas, y por transfusiones de sangre con el virus, aunque hoy en día el riesgo por transfusiones es muy bajo gracias al cribado de donaciones.
Transmisión y prevención
La prevención más eficaz es la vacunación. La vacuna contra la hepatitis B se administra mediante una inyección que inmuniza al organismo frente al virus. Se recomienda que todas las personas reciban una serie de tres vacunas a lo largo de varios meses cuando son bebés (habitualmente en un esquema 0, 1 y 6 meses) para garantizar protección prolongada. En adultos y adolescentes se utilizan esquemas similares; la vacuna ofrece en general una protección muy alta (>95%) en personas sanas. Además de la vacunación, otras medidas de prevención incluyen:
- Administrar la primera dosis de vacuna (y, si procede, inmunoglobulina específica) al recién nacido de madre infectada lo antes posible, idealmente dentro de las primeras 12 horas tras el parto.
- Uso de preservativos o reducción de parejas sexuales para disminuir el riesgo por contacto sexual.
- No compartir agujas, jeringas ni objetos cortopunzantes; empleo de material estéril en tatuajes y piercings.
- Cribado de donantes de sangre y productos sanitarios seguros.
- Higiene y no compartir artículos personales que puedan tener restos de sangre (maquinillas, cepillos de dientes).
- Profilaxis postexposición: tras una picadura accidental o exposición significativa, puede administrarse inmunoglobulina específica (HBIG) y comenzar la vacunación según protocolo para reducir el riesgo de infección.
Síntomas y evolución
La infección por hepatitis B puede cursar de forma aguda o crónica:
- En la fase aguda muchas personas no presentan síntomas; cuando aparecen incluyen fiebre, cansancio, pérdida de apetito, náuseas, dolor abdominal, orina oscura, heces claras, dolor articular y ictericia (color amarillo de la piel y de los ojos). La ictericia es un signo de que el hígado está afectado.
- Tras la infección aguda, algunas personas eliminan el virus y se recuperan por completo; otras desarrollan infección crónica (el VHB permanece en el hígado durante años o de por vida).
- La probabilidad de que la infección se vuelva crónica es mayor cuanto más joven es el paciente al contagiarse (por ejemplo, la mayoría de los neonatos infectados se hacen crónicos si no reciben profilaxis), mientras que los adultos tienen más probabilidades de resolver la infección.
Complicaciones
La infección crónica por VHB puede causar daño hepático progresivo: inflamación persistente, insuficiencia hepática, cirrosis y un mayor riesgo de cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular). Otras manifestaciones menos comunes son enfermedades renales y vasculitis (por ejemplo, poliarteritis nodosa).
Diagnóstico
Los análisis de sangre son esenciales para detectar la infección y valorar su fase y gravedad. Las pruebas incluyen marcadores serológicos como:
- Antígeno de superficie (HBsAg): indica infección activa.
- Anticuerpo anti-HBs: indica inmunidad por vacuna o resolución de la infección.
- Anticuerpo anti-HBc (IgM/IgG): ayuda a diferenciar infección reciente de pasada.
- Antígeno e (HBeAg) y carga viral (HBV DNA): informan sobre la replicación viral y el riesgo de progresión.
Además se miden las enzimas hepáticas (ALT, AST) para valorar daño hepático y, según el caso, se realizan ecografía hepática, elastografía o biopsia para evaluar fibrosis y cirrosis.
Tratamiento y seguimiento
El tratamiento pretende suprimir la replicación viral, prevenir la progresión a cirrosis y reducir el riesgo de cáncer hepático. No siempre es necesario tratar a todas las personas con infección crónica; la decisión se basa en la carga viral, niveles de enzimas hepáticas, grado de daño hepático y otros factores clínicos. Las opciones incluyen:
- Antivirales orales de alta potencia y resistencia baja, como tenofovir (TDF o TAF) y entecavir, que suprimen la replicación viral durante el tiempo que se toman.
- Interferón pegilado en algunos casos seleccionados (respuesta finita pero con más efectos secundarios).
Es importante destacar que, aunque los antivirales suprimen el virus y permiten la recuperación funcional del hígado en muchos pacientes, no siempre eliminan por completo el VHB del organismo una vez que se ha integrado en el hígado. Por eso, algunas personas requieren tratamiento indefinido y un seguimiento periódico con analíticas y estudios de imagen para detectar complicaciones a tiempo (por ejemplo, cribado de carcinoma hepatocelular mediante ecografía cada 6 meses en pacientes con alto riesgo).
Grupos especiales
- Embarazadas: se recomienda el cribado de la madre durante el embarazo; si la madre es HBsAg positiva, el recién nacido debe recibir vacuna y, si procede, HBIG inmediatamente tras el nacimiento.
- Personas inmunodeprimidas o con coinfección por VIH/HCV: precisan un manejo y seguimiento más estrecho.
- Personas no vacunadas y en riesgo: se debe ofrecer vacunación y, tras exposiciones accidentales, evaluar profilaxis con HBIG y vacunación.
Conclusión
La hepatitis B es una infección prevenible y manejable en gran medida. La vacunación universal, la detección precoz, las prácticas de riesgo reducidas (uso de material estéril, sexo seguro) y el tratamiento con antivirales en los casos indicados reducen considerablemente las complicaciones hepáticas graves. Si sospecha exposición o presenta síntomas compatibles, consulte con un profesional sanitario para realizar pruebas y recibir orientación sobre vacunación o tratamiento.
Preguntas y respuestas
P: ¿Qué es la hepatitis B?
R: La hepatitis B es una enfermedad del hígado causada por un virus.
P: ¿Cómo se contagia la hepatitis B?
R: La hepatitis B puede contagiarse a través de la sangre o los fluidos corporales, de una madre infectada a su bebé durante el parto, por contacto sexual, reutilización de agujas y transfusiones de sangre con el virus.
P: ¿Cómo puede prevenirse la hepatitis B?
R: La hepatitis B puede prevenirse mediante la vacunación, en la que se administra una inyección que inmuniza al organismo contra el virus. Se recomienda que todas las personas reciban una serie de tres vacunas a lo largo de unos meses cuando son bebés para garantizar una buena protección contra este virus. Sin embargo, la vacunación sólo proporciona una protección del 90%; no elimina por completo el riesgo de infección.
P: ¿Cuáles son algunos de los síntomas asociados a la hepatitis B?
R: Entre los síntomas comunes asociados a la hepatitis B se encuentran la ictericia (en la que la piel y los ojos de la persona se vuelven amarillos debido a la acumulación de productos corporales que normalmente serían filtrados por el hígado) y la insuficiencia hepática. También puede provocar cáncer de hígado.
P: ¿Las personas infectadas por la hepatitis B pueden superarla rápidamente?
R: Algunas personas infectadas son capaces de vencer el virus rápidamente, mientras que muchas otras permanecen infectadas de por vida.
P: ¿Existe tratamiento para los infectados por la hepatitis B?
R: Sí, si se detectan signos que indican daños en el hígado mediante análisis de sangre, el tratamiento de la hepatitis B puede prevenir daños mayores causados por el virus. Se administran medicamentos antivirales que impiden que el virus haga copias de sí mismo, pero una vez que ha entrado en el hígado no puede eliminarse completamente de allí.