Oráculo de Delfos

El Oráculo de Delfos era una institución de la antigua Grecia dedicada al dios Apolo. Sólo una sacerdotisa operaba en Delfos en un momento dado, y el nombre que se le daba era "la Pitia". La mujer renunció a su propio nombre cuando se convirtió en sacerdotisa.

El templo de Apolo se encontraba en Delfos, en la ladera del monte Parnaso, en Grecia. Según la leyenda, el dios respondía a las preguntas a través de su sacerdotisa, famosa por sus ambiguas predicciones. Los estudiosos han sugerido que la quema de adelfas o los gases volcánicos desempeñaban un papel en sus extrañas declaraciones.

Creso de Lidia

En el año 560 a.C. Creso, rey de Lidia, pidió consejo al Oráculo de Delfos y al de Tebas. Preguntó si debía hacer la guerra a los persas. Ambos oráculos dieron la misma respuesta, que si Creso hacía la guerra a los persas, destruiría un poderoso imperio. También le aconsejaron que buscara a los pueblos griegos más poderosos y se aliara con ellos.

Creso pagó una elevada cuota a los délficos y luego envió al oráculo preguntando: "¿Durará mucho su monarquía?". La Pitia respondió:

"Cuando un mulo se convierta en rey soberano de los medos, entonces huye, y no pienses en mantenerte firme, ni te avergüences de tener el corazón de pollo".

Creso pensó que era imposible que una mula fuera rey de los medos y, por lo tanto, creyó que él y su número nunca saldrían del poder. Por ello, decidió hacer causa común con algunas ciudades-estado griegas y atacar a Persia.

Sin embargo, fue él, y no los persas, quien fue derrotado. Esto cumplió la profecía, pero no su interpretación de la misma. Al parecer, olvidó que Ciro, el vencedor, era medio medo (por su madre), medio persa (por su padre) y, por tanto, podía ser considerado una mula.


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