Compost
El compost es un tipo de abono que se elabora a partir de plantas en descomposición. Es fácil y barato de hacer, ya que lo único que se necesita son residuos vegetales. Los residuos vegetales son descompuestos por bacterias (gérmenes) y convertidos en compost.
Contenedor de compost
Materias primas para el compostaje.
Hacer un montón de compost
Para hacer un montón de compost, necesitas un espacio bastante alejado de cualquier persona que pueda tener problemas con el olor. La esquina inferior de un jardín, o algún otro lugar alejado de la casa es un buen sitio. Los montones de compost también deben colocarse en el suelo o en la hierba: un patio pavimentado o el hormigón son malos lugares. El montón de compost no debe estar en un rincón oscuro o cerrado.
La mejor base para un montón de compost es una capa de arena, ladrillos o grava de aproximadamente 1 m de largo por 1 m de ancho. No es necesario, pero puede ser una buena idea. Si usas ladrillos, deja espacios para que el aire pueda pasar. También permite que el agua se escurra. Los mejores montones de compost tienen muchos espacios pequeños en su interior, para permitir que el aire se mueva.
Una vez que la primera capa está abajo, se puede empezar a añadir los residuos.
Algunos buenos tipos de residuos son:
- Cáscaras y restos de verduras y frutas
- Fruta estropeada, podrida o con moho
- Cortar la hierba
- Hojas
- Paja
- Aserrín
- Cáscaras de huevo
Añadir restos de carne es una mala idea, ya que se pudren lentamente, huelen mal y atraen a las ratas y otras alimañas. Las heces humanas o de animales domésticos también son una muy mala idea, ya que pueden transmitir enfermedades. Los residuos de plantas que han muerto por enfermedad también son malos. La enfermedad puede transmitirse a las plantas con las que se utiliza el compost.
Al hacer un montón de compost, hay que colocar en capas diferentes tipos de residuos. Una capa de hierba cortada puede ir seguida de una capa de residuos vegetales y restos de mesa.
Regar el montón de compost es una buena idea, especialmente en las zonas secas. El agua ayuda a que los residuos se pudran y se conviertan en compost.
En un plazo de 3 a 6 meses, el compost estará listo. El compost estará listo cuando huela a tierra gruesa, sin olor a putrefacción. Por supuesto, si has estado añadiendo residuos todo este tiempo, el compost estará todo en el fondo del montón, y habrá que sacarlo.
El material que no se ha podrido puede utilizarse como parte de un nuevo montón de compost.