Tripanosomátidos: protozoos cinetoplástidos flagelados y parásitos (Leishmania)

Los tripanosomátidos son un grupo de cinetoplástidos unicelulares. Tienen un solo flagelo y suelen vivir como parásitos. Muchos tripanosomátidos sólo viven en los insectos. Algunos cambian de huésped: una forma vive en los insectos, la otra vive dentro de una planta o un animal. La Leishmania es un ejemplo común.

 

Morfología y rasgos distintivos

Los tripanosomátidos pertenecen al grupo de los kinetoplástidos, caracterizados por un orgánulo llamado kinetoplasto, que contiene ADN dentro de una mitocondria expandida. Tienen una sola lámina ondulante formada por la membrana celular y el flagelo, que les permite moverse en medios líquidos y tejidos. Según la especie y la etapa de su ciclo vital, adoptan distintas formas reconocibles:

  • Promastigote: flagelo libre en la parte anterior (p. ej., en algunas etapas de Leishmania).
  • Amastigote: forma intracelular sin flagelo externo visible (Leishmania en mamíferos).
  • Epimastigote: flagelo con inserción más anterior, típico de algunas etapas en insectos vectores.
  • Tripomastigote: cuerpo alargado con flagelo y membrana ondulante, característico de Trypanosoma en sangre.

Ciclo de vida y transmisión

Muchos tripanosomátidos son dixenicos, es decir, requieren dos huéspedes para completar su ciclo (un insecto vector y un vertebrado). El parásito puede multiplicarse y diferenciarse en distintas formas dentro del insecto y luego infectar a la planta o animal vertebrado durante la picadura o la ingestión. Ejemplos importantes de vectores y enfermedades asociadas:

  • Vectores tipo mosca tse-tsé transmiten Trypanosoma brucei, causante de la enfermedad del sueño (tripanosomiasis africana).
  • Bichos triatominos (chinches) transmiten Trypanosoma cruzi, agente de la enfermedad de Chagas en América.
  • Flebótomos (moscas de la arena) transmiten Leishmania, responsable de distintas formas de leishmaniasis (cutánea, mucocutánea y visceral).

Impacto en salud humana y animal

Algunas especies de tripanosomátidos son patógenas para humanos y animales, provocando enfermedades que pueden ser crónicas y graves si no se tratan. Los síntomas varían según la especie y la etapa de la infección: fiebre, lesiones cutáneas, afectación visceral (órganos internos), alteraciones neurológicas o cardiacas. Además de su importancia médica, algunas especies afectan la salud animal y la agricultura.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico suele realizarse mediante examen microscópico de sangre, aspirados o biopsias (según la enfermedad), pruebas serológicas y técnicas moleculares (PCR). El tratamiento depende de la especie y la etapa clínica. Entre los fármacos utilizados están antimoniales pentavalentes, anfotericina B liposomal o miltefosina para ciertas leishmaniasis; benznidazol y nifurtimox para enfermedad de Chagas; y combinaciones de medicamentos específicos para la tripanosomiasis africana. La elección del tratamiento requiere evaluación médica especializada debido a la toxicidad y a la necesidad de considerar la etapa de la infección.

Prevención y control

  • Control de vectores mediante insecticidas, mosquiteros e intervenciones ambientales.
  • Protección personal: ropa adecuada, repelentes y evitar zonas de riesgo durante horarios de actividad de los vectores.
  • Detección y tratamiento temprano de personas y animales infectados.
  • Medidas en bancos de sangre y donaciones para evitar transmisión por transfusión (especialmente en enfermedad de Chagas).

Notas finales

Los tripanosomátidos constituyen un grupo diverso con importancia ecológica y médica. Aunque muchos viven exclusivamente en insectos, las especies que alternan huéspedes pueden causar enfermedades significativas en humanos y animales. La investigación sigue siendo clave para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones por estos protozoos.


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