Matías, el apóstol elegido para sustituir a Judas Iscariote
Matías fue el apóstol que sustituyó a Judas Iscariote. Así consta en los Hechos de los Apóstoles. A diferencia de los otros apóstoles, su nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús.
Tras la traición de Judas, los discípulos de Jesús necesitaban elegir un nuevo apóstol. Para ello nombraron a dos hombres: José Barrabás y Matías.
El relato bíblico que describe la elección de Matías se encuentra en Hechos 1:15-26. Allí se explica que, reunidos alrededor de Pedro, los hermanos pidieron a Dios que mostrara cuál de los dos candidatos debía recibir el cargo apostólico. Los requisitos eran claros: el elegido debía haber acompañado al Señor desde el bautismo de Juan hasta la ascensión, para ser testigo de la resurrección. Tras orar, los discípulos echaron suertes y la suerte recayó en Matías, que fue contado entre los doce apóstoles.
¿Quién era Matías?
La información bíblica sobre Matías es breve y casi exclusivamente la que aparece en Hechos. No se afirma que Jesús lo hubiera llamado personalmente durante su ministerio público, por eso se destaca que su designación surge de la comunidad apostólica. El nombre Matías (del griego Matthías) tiene raíces hebreas y puede interpretarse como “don de Yahvé” o “regalo de Dios”.
Significado y método de elección
La elección por sorteo refleja prácticas antiguas —incluida la tradición del Antiguo Testamento— para discernir la voluntad divina en decisiones colectivas. Restaurar el número de doce apóstoles tenía un valor simbólico importante: evocaba las doce tribus de Israel y la idea de continuidad y plenitud en la misión apostólica. Además, el requisito de haber sido testigo de la vida, muerte y resurrección de Jesús subraya la importancia de la experiencia directa para el testimonio apostólico.
Tradiciones posteriores sobre su vida y martirio
Fuera del texto de los Hechos existen diversas tradiciones patrísticas y hagiográficas acerca de la actividad misionera y la muerte de Matías, pero ninguna es unánime ni completamente verificable. Según varias fuentes posteriores, predicó el Evangelio en regiones como Judea, Capadocia, Etiopía o la región del Mar Caspio (Colquis/Georgia). Las narraciones sobre su martirio varían: hay versiones que afirman que murió apedreado, otras que fue crucificado o decapitado. Debido a la diversidad y a la falta de evidencias contemporáneas, estas historias se suelen presentar como tradiciones de la Iglesia más que como datos históricos confirmados.
Conmemoración y legado
En la tradición cristiana Matías es recordado como el apóstol que completó el grupo original, simbolizando la continuidad apostólica. Su festividad se celebra en distintas fechas según las Iglesias: en la tradición occidental (Iglesia Católica y muchas confesiones protestantes) se conmemora generalmente el 14 de mayo, mientras que en la tradición ortodoxa su memoria se celebra el 9 de agosto. En el arte sacro suele representársele con atributos variados (libro, hacha, lanza u otros instrumentos según la leyenda local) que aluden a su actividad misionera o a la forma tradicional de su martirio en ciertas versiones.
Conclusión: Matías ocupa un lugar singular en el relato apostólico: no fue elegido por Jesús en vida, pero su elección por la comunidad de discípulos fue entendida como inspirada por Dios y necesaria para mantener la estructura apostólica de la Iglesia naciente. Aunque los detalles de su ministerio posterior permanecen envueltos en tradición, su figura simboliza la fidelidad y la continuidad del testimonio de la primera comunidad cristiana.