Permanente (rizos): definición, origen e historia

Descubre la historia y origen de la permanente: cómo surgieron los rizos, desde los primeros experimentos de Karl Nessler hasta la evolución del tratamiento químico del cabello.

Autor: Leandro Alegsa

Una onda permanente, comúnmente llamada permanente, es el tratamiento químico del cabello para producir rizos. A grandes rasgos consiste en aplicar un reductor que altera temporalmente las uniones químicas del cabello (principalmente los enlaces disulfuro de la queratina), moldearlo en rulos o barras para dar la forma deseada y, finalmente, aplicar un oxidante neutralizador que fija la nueva estructura formando de nuevo los enlaces. El resultado puede ser desde ondas sueltas y naturales hasta rizos muy marcados, según la técnica, la formulación y la forma en que se enrolla el cabello.

Origen e historia

El primer tratamiento químico diseñado para rizar el pelo humano y práctico en peluquería fue desarrollado por el peluquero alemán Karl Nessler (1872–1951). Nessler trabajó en la idea desde finales del siglo XIX y la primera demostración pública de su aparato tuvo lugar el 8 de octubre de 1906. Su método involucraba un aparato con rodillos calentados eléctricamente y una solución que, según diversas fuentes históricas, contenía orina de vaca mezclada con agua para ayudar en el proceso químico. Nessler promovió y patentó su invento, lo que dio origen a los primeros salones especializados en permanentes.

Antes de la invención de Nessler, la creación de ondas y rizos se realizaba de forma manual o con herramientas calientes: por ejemplo, la llamada "onda Marcel", ideada por Marcel Grateau en el siglo XIX, usaba planchas o tenacillas calientes para moldear el cabello de forma ondulada, pero no alteraba de forma permanente la estructura química del pelo. También es conocido que en siglos anteriores se utilizaban productos fuertes para fijar rizos en pelucas, aunque esas recetas eran demasiado cáusticas para aplicarse con seguridad sobre la piel humana.

Química y técnicas modernas

  • Cómo funciona: La mayoría de las permanentes modernas utilizan agentes reductores (como tioglicolatos y otros sulfurosorgánicos) que rompen temporalmente los enlaces disulfuro de la queratina. Con el cabello colocado en rulos se reposicionan las cadenas proteicas; a continuación se emplea un oxidante (neutralizador) que vuelve a formar los enlaces en la nueva disposición, fijando el rizo.
  • Tipos de permanente: existen ondas alcalinas (más agresivas y con resultado rápido), ondas ácidas (más suaves, requieren calor o un tiempo mayor) y variantes sin calor conocidas como "cold waves". Además hay técnicas específicas para distintos tipos de cabello y texturas, incluyendo permanentes suaves para dar cuerpo en cabellos finos o técnicas de rizo marcado para cabellos gruesos.
  • Herramientas: rulos de distintos diámetros, varillas, pinzas y, en algunas técnicas, fuentes de calor controlado. La elección del tamaño del rulo determina el diámetro del rizo.

Cuidados, riesgos y mantenimiento

  • Daño y precauciones: al romper y reformar enlaces proteicos el cabello queda temporalmente más vulnerable: puede resecarse, perder brillo y volverse más frágil si el tratamiento se hace con frecuencia o de forma inadecuada. Productos excesivamente alcalinos o aplicaciones sobre cuero cabelludo sensibilizado pueden provocar irritación o quemaduras.
  • Mantenimiento: usar champús y acondicionadores hidratantes, mascarillas nutritivas y evitar procesos agresivos consecutivos (tintes permanentes, decoloraciones) en períodos cortos. Es recomendable esperar antes de aplicar color químico tras una permanente (según indicación profesional) y recortar las puntas regularmente.
  • Contraindicaciones: cabellos muy dañados o debilitados por tratamientos previos pueden no ser aptos para una permanente. Siempre es aconsejable realizar una prueba de mechón y consultar a un profesional cualificado.

Impacto cultural

La permanente tuvo picos de gran popularidad a lo largo del siglo XX, adaptándose a las modas: desde las ondas más estructuradas de las décadas iniciales hasta los rizos voluminosos de los años 70 y 80, y variantes más naturales en épocas recientes. Hoy convive con técnicas de texturización modernas y con una mayor oferta de productos menos agresivos, así como con alternativas temporales (rizadores eléctricos, bigudíes sin calor, productos de definición) que permiten variar el peinado sin alterar químicamente la fibra capilar.

En resumen, la permanente es un procedimiento con más de un siglo de historia que transformó la forma de crear rizos de manera duradera; su práctica actual combina conocimientos químicos, técnica y cuidados específicos para minimizar daños y adaptar el resultado al tipo de cabello y al estilo buscado.



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