Fístula obstétrica: definición, causas, síntomas y tratamiento

Fístula obstétrica: causas, síntomas y tratamientos efectivos. Aprende a prevenir, identificar y tratar esta lesión postparto con opciones quirúrgicas y de rehabilitación.

Autor: Leandro Alegsa

Una fístula obstétrica es un orificio no deseado en el cuerpo de una mujer que se ha producido al tener un bebé. Puede ocurrir cuando el parto es difícil, especialmente si la madre no recibe una buena atención médica. El agujero puede ir de la vagina a la vejiga o de la vagina al intestino. Un cirujano puede arreglar el agujero con cirugía.

 

Definición y tipos

La fístula obstétrica es una comunicación anormal entre la vagina y otro órgano cercano que resulta en pérdida continua de orina o heces. Los tipos más frecuentes son:

  • Vesicovaginal: entre vejiga y vagina (causa fuga continua de orina).
  • Rectovaginal: entre intestino (recto) y vagina (causa paso de gas y heces por la vagina).
  • Ureterovaginal u otras variantes menos comunes.

Causas y factores de riesgo

La causa más común en países de bajos recursos es el parto obstructivo y prolongado sin atención obstétrica adecuada. Otros factores y causas incluyen:

  • Trabajo de parto prolongado con compresión del tejido entre la cabeza fetal y la pelvis materna.
  • Falta de acceso a cesárea o retraso en practicarla cuando es necesaria.
  • Partos instrumentales o procedimientos quirúrgicos previos que lesionan tejidos (causa iatrogénica).
  • Radioterapia pélvica, traumatismo o infecciones graves que dañan tejidos.
  • Factores sociales y biológicos: edad materna muy joven, desnutrición, pelvis inmadura, pobreza y residencia en zonas rurales sin servicios de salud adecuados.

Síntomas

  • Pérdida continua o intermitente de orina por la vagina (en fístula vesicovaginal).
  • Paso de gases o heces por la vagina (en fístula rectovaginal).
  • Mala olor genital, irritación de la piel perineal, úlceras o infecciones recurrentes.
  • Infecciones urinarias repetidas, dolor o sangrado vaginal.
  • Impacto emocional: aislamiento social, depresión, ansiedad y problemas en las relaciones de pareja.

Diagnóstico

El diagnóstico suele ser clínico y se confirma con algunas pruebas sencillas:

  • Examen físico y exploración con espéculo para localizar la comunicación.
  • Prueba de la solución coloreada (azul de metileno) para ver si el color sale por la vagina.
  • Cistoscopia (visualización de la vejiga) o anoscopia para evaluar el defecto.
  • Imágenes (ecografía, tomografía o fistulografía) cuando es necesario para definir la posición y extensión.

Tratamiento

El manejo depende del tamaño, la localización y el tiempo de evolución de la fístula, además del estado general de la paciente.

  • Tratamiento conservador: en fístulas muy pequeñas o recién aparecidas, a veces se coloca una sonda vesical durante varias semanas para permitir la cicatrización espontánea. También incluye manejo de infecciones y mejora nutricional.
  • Reparación quirúrgica: la mayoría requieren cirugía. Opciones:
    • Vía vaginal (más frecuente) o abdominal, según la localización y las cicatrices previas.
    • Técnicas de cierre en capas y, cuando es necesario, interposición de tejidos (por ejemplo colgajo de grasa de Martius) para aumentar las tasas de éxito.
    • Momento de la cirugía: suele recomendarse esperar varias semanas o meses en fístulas agudas para disminuir inflamación e infección, aunque en algunos casos seleccionados se repara antes.
  • Cuidados postoperatorios: sonda vesical por 10–21 días según el caso, antibióticos si hay infección, evitar esfuerzos, uso de laxantes para prevenir el estreñimiento y abstinencia sexual durante el periodo indicado.
  • Algunas fístulas complejas requieren varias cirugías o derivaciones urinarias temporales.

Prevención

  • Mejorar el acceso y la calidad de la atención obstétrica: parteras capacitadas, vigilancia del trabajo de parto, y disponibilidad oportuna de cesárea.
  • Promover planificación familiar y evitar embarazos en adolescentes con pelvis inmadura.
  • Mejorar la nutrición materna y la atención prenatal.
  • Formación del personal sanitario para evitar lesiones iatrogénicas durante cirugías pélvicas.

Impacto social y apoyo

Además del daño físico, las mujeres con fístula a menudo sufren estigmatización, aislamiento social y problemas económicos. Los programas de rehabilitación integral incluyen:

  • Tratamiento médico y quirúrgico.
  • Consejería psicológica y apoyo social.
  • Capacitación y reintegración laboral para reducir la vulnerabilidad económica.
  • Grupos de apoyo y campañas comunitarias para reducir el estigma.

Pronóstico

Con diagnóstico y tratamiento adecuados la mayoría de las fístulas obstétricas se pueden reparar con éxito, aunque algunas requieren reparaciones repetidas o manejo para incontinencia residual. El pronóstico es mejor cuando la reparación se realiza por equipos con experiencia y cuando la paciente recibe cuidados integrales.

Cuándo consultar

Debe buscarse atención médica si tras un parto hay pérdida continua de orina o paso de heces por la vagina, mal olor persistente o irritación perineal. La consulta temprana permite opciones de tratamiento más amplias y reduce complicaciones físicas y sociales.

Lugares donde se producen fístulas obstétricas  Zoom
Lugares donde se producen fístulas obstétricas  



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