Tantra Yoga: qué es, prácticas esenciales y beneficios

Descubre Tantra Yoga: prácticas esenciales (asana, mantra, mudra, bandha), rituales de Shakti y beneficios para fuerza, claridad y bienestar integral.

Autor: Leandro Alegsa

El Tantra Yoga, esta práctica ancestral, es una poderosa combinación de asanas (posturas físicas), mantras (sonidos o frases repetidas), mudras (gestos de manos y cuerpo), y el trabajo con bandhas (cierres o bloqueos energéticos) y chakras (centros sutiles de energía). Estas herramientas se emplean de manera integrada para desarrollar fuerza corporal, claridad mental y mayor bienestar en la vida diaria. Al conectar y encarnar las fuerzas de Shakti —la energía femenina creadora asociada a la transformación y la dinamización—, el Tantra Yoga propone que podemos movernos por el mundo con más confianza, presencia y satisfacción.

Un principio central del tantra es: todo lo que puede hundirte también puede elevarte. Tradicionalmente se señala que los mismos impulsos que llevan a la caída de una persona —por ejemplo la alimentación descuidada, el abuso de alcohol o el uso compulsivo de la sexualidad— pueden convertirse, con conciencia y práctica, en vehículos de transformación. El Tantra no niega la materia; propone transformar la energía mediante atención, ritualidad y técnicas precisas.

Principios básicos

  • Integración cuerpo-mente-energía: las prácticas trabajan simultáneamente en el cuerpo físico, la mente y el sistema energético.
  • Presencia y conciencia: la intención es convertir actos cotidianos en prácticas conscientes.
  • Transmutación: convertir impulsos brutos (hambre, deseo, apego) en fuerza creativa y atención.
  • Ética y respeto: se enfatiza la responsabilidad, el consentimiento y la no explotación, especialmente en prácticas que involucran la sexualidad.

Prácticas esenciales

  • Asana: posturas que fortalecen y flexibilizan el cuerpo, preparan para la meditación y equilibran la energía. No se trata solo de forma física sino de portar la atención dentro del cuerpo.
  • Pranayama: técnicas de respiración para movilizar y regular la energía vital (prana). Ejemplos útiles: respiración abdominal lenta, Nadi Shodhana (respiración nasal alterna) y respiraciones conscientes para calmar el sistema nervioso.
  • Mantra: repetición sonora que centra la mente y alinea vibraciones internas. Pueden ser sílabas (como “OM”), nombres de deidades o frases cortas con significado.
  • Mudra: gestos de manos o posturales que redirigen el flujo energético y facilitan la concentración.
  • Bandha: cierres energéticos (por ejemplo mula bandha) que contienen y elevan la energía dentro del cuerpo sutil.
  • Trabajo de chakras: prácticas de visualización, sonido y movimiento para desbloquear y armonizar centros energéticos.
  • Ritual y atención a lo cotidiano: comidas realizadas con presencia, prácticas sexuales conscientes (cuando se aplican), y pequeñas ceremonias que dotan de significado a actos diarios.
  • Meditación y contemplación: técnicas para observar la mente, integrar experiencias y abrir espacio para insight y transformación.

Beneficios habituales

  • Mayor fuerza y flexibilidad corporal.
  • Mejor regulación emocional y reducción del estrés.
  • Mayor claridad mental y concentración.
  • Mejor relación con la propia sexualidad: mayor presencia, responsabilidad y placer consciente.
  • Desarrollo de la creatividad y sensación de plenitud.
  • Mejor conexión con el cuerpo y sensación de anclaje.

Cómo empezar (práctica para principiantes)

Antes de comenzar, es recomendable buscar un instructor calificado o cursos confiables, especialmente si se trabaja con prácticas energéticas profundas o temas sexuales y emocionales.

  • Rutina breve (15–30 minutos):
    • 3–5 minutos de respiración consciente (respiración abdominal lenta).
    • 5–10 minutos de asanas suaves: gato–vaca, posturas de pie sencillas, torsiones suaves y apertura de cadera.
    • 3–5 minutos de mula bandha (aprendizaje cuidadoso): aprender a sentir el cierre sin tensión excesiva.
    • 5–10 minutos de meditación con mantra o atención a la respiración.
  • Frecuencia: empezar 3–4 veces por semana y aumentar según la disponibilidad y la respuesta del cuerpo.
  • Diario de prácticas: llevar anotaciones sobre sensaciones, cambios y límites para observar progresos y evitar automatismos.

Precauciones y consideraciones éticas

  • Si tienes condiciones médicas, problemas cardíacos, presión alta, embarazo o lesiones, consulta con profesionales de la salud antes de practicar técnicas intensas.
  • Al trabajar con sexualidad, emoción y trauma, es fundamental el consentimiento explícito, límites claros y, en muchos casos, acompañamiento profesional (terapeuta o maestro cualificado).
  • Evitar el uso de sustancias que alteren la percepción mientras se practican técnicas energéticas profundas; la claridad es central en Tantra.
  • Buscar formación en contextos seguros, éticos y con instructores que practiquen la integridad.

Siguientes pasos y recursos

  • Asistir a clases presenciales o cursos estructurados con maestros de buena reputación.
  • Practicar con moderación y escuchar al cuerpo: la consistencia lenta suele producir mejores resultados que la intensidad ocasional.
  • Leer fuentes acreditadas y libros introductorios sobre Tantra Yoga, pranayama y trabajo con chakras; preferir autores con formación reconocida y experiencia práctica.
  • Integrar las prácticas en la vida cotidiana: comer con atención, moverse conscientemente y dedicar unos minutos al día a la meditación.

El Tantra Yoga ofrece un camino para transformar la energía y la experiencia vital en mayor presencia, creatividad y bienestar. Con práctica responsable, ética y guía adecuada, puede convertirse en una herramienta valiosa para el crecimiento personal y la integración cuerpo-mente-espíritu.



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